Ya no son cuentos de los medios de comunicación, no es una sensación, como dicen algunos voceros del gobierno irresponsablemente, ya es una vivencia en carne propia; la inseguridad está tocando la piel de todos los venezolanos.
No es aventurero afirmar que ningún venezolano no ha estado envuelto en una acción de violencia, tanto física como psicológica, producto de la galopante inseguridad que nos invade día a día.
Lo peor de todo es la impunidad con que los delincuentes actúan. No hay quien le ponga coto a la situación. Si son apresados los delincuentes, por alguna u otra aberración de nuestro sistema judicial, son puestos en libertad, tan rápidamente como el delito que cometieron.
Esta impunidad ha llevado a algunos miembros de la sociedad, ante la impotencia que los embarga, de tomar la justicia en sus manos, cuando el peligroso azar del momento le permite someter al delincuente que ha cometido un delito, cuya magnitud no importa a la hora de imponer el castigo.
Muy pocas de estas acciones han sido reseñadas por los medios de comunicación, y menos en los discursos de los políticos y funcionarios de turno, lo que se torna extremadamente peligroso, porque la sociedad venezolana, ante estas acciones, se está rebajando a los niveles delincuenciales que la podrían llevar por caminos peligrosamente indescriptibles.
Urge de los actores y líderes de nuestra sociedad, que tomen las riendas de esta situación y aunar esfuerzos para que esta situación no alcance niveles inalcanzables de anarquía. Se necesita un pacto social que, mediante mecanismos legales y educativos, produzca soluciones tangibles urgentes que nos permita a los venezolanos disminuir hasta límites controlables los niveles de inseguridad.
Dentro de este pacto el periodismo, como ciencia social, debe jugar un papel protagónico en generar mecanismos sociales que ayuden a controlar la inseguridad en el país. La inseguridad y los mecanismos para enfrentarla, debe formar parte primordial en los contenidos informativos de todos los medios de comunicación escritos y audio visuales.
Se hace necesario convertir el periodismo en material educativo que provoque los cambios que permitan a la sociedad venezolana enfrentar de una manera eficiente y eficaz el flagelo de la inseguridad que nos está arropando a todos y que está acabando aceleradamente con la otrora tranquilidad del venezolano.
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