miércoles, 27 de enero de 2010

HAITI NECESITA INGENIEROS

Solo Dios y los haitianos saben del infierno que les ha tocado vivir y que están viviendo a consecuencia de los devastadores terremotos que han dejado una estela de destrucción y muerte en ese pequeño y pobrísimo país caribeño.
Caminan por las calles desoladas, convertidas en ruinas, sin rumbo fijo, buscando familiares, primero, luego cuando la esperanza toca fondo con el correr de los días, al menos sus restos mortales, para darles sepultura, en algún sitio improvisado ya que todo Puerto Príncipe se ha convertido en un inmenso cementerio. Eso si corren con la suerte de que los restos de sus familiares no hayan dado a parar a las fosas comunes que desde los primeros días del desastre han tenido que construir, como una desesperada medida, no tanto para evitar las posibles enfermedades que estuvieran acechando a la ya otrora enferma población, sino para poder subsistir en una ciudad en cuyo ambiente crecía rápidamente el olor de la muerte que emanaba de los escombros y de la superficie forrada dantescamente de cadáveres insepultos.
Las imágenes que vemos por los medios de comunicación, nos muestran a la población haitiana esparcida por las calles tratando de sobrevivir el día a día, entre escombros, a través de casas y edificios desolados, distinguidos entre los periodistas, militares, médicos y todas esas personas que han llegado a duras penas hasta ellos para ofrecerles la poca ayuda que pueden.
El mundo se ha movido para solidarizarse con los haitianos, sin embargo a juzgar por las informaciones que nos llegan, esa ayuda no está llegando efectivamente a la diezmada población; y es una carrera contra el tiempo antes de que comience otra tragedia que siga cobrando vidas, ya que van muchos días en que los sobrevivientes no están alimentándose, los heridos no se están curando, las condiciones de higiene pueden hacer brotar nuevas enfermedades y reforzar las ya existentes y veamos con impotencia que estos seres humanos están viviendo un infierno sin poder hacer nada.
Creo que la urgencia en estos momentos es facilitar canales de comunicación que aligeren la llegada de la ayuda, ya que las vías de comunicación han sido destruidas y es muy poco lo que se está haciendo para repararlas.
Haití no solo necesita ayuda en alimentos y medicina, también necesita levantar nuevamente su infraestructura de la manera más rápida y segura posible, y es aquí donde pueden poner su grano de arena los profesionales de otras especialidades, como los ingenieros de otros países prestando sus conocimientos y sus pericias para ayudar a levantar de las ruinas a ese desvastado país, para hacer transitables las carreteras, levantar los puentes, crear pistas de aterrizaje para facilitar la llegada de alimentos y medicamentos, reestablecer las línea de electricidad para poder poner a funcionar centros de acopio para preservar dichos alimentos y medicinas, canalizar el flujo de agua potable. Levantar viviendas, centros de salud, escuelas para que los niños puedan tener un reducto de tranquilidad.
Los países de la región, como Venezuela, deben convocar a los ingenieros y darles facilidades para poderse trasladar con equipamientos mínimos necesarios a Haiti y hacer realidad esta ayuda.
Muchos son los que estarán prestos a ofrecer su ayuda y sus conocimientos para hacer efectiva esa participación.
Eso si, la planificación segura y rápida de esta acción debe ser un imperativo. Ya que Haití no soporta improvisaciones, porque está en juego su supervivencia y, en estos momentos, no están en condiciones de salir por si mismos adelante.

LAS IMÁGENES DEL SIGUIENTE VIDEO NO PUEDEN SER MAS ELOCUENTES!

¡WE NEED MORE PEOPLE RIGTH HERE!

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Ingeniero Mecánico. Magister en Mantenimiento Industrial y Licenciado en Comunicación Social. Mención Desarrollo Social. Profesor Universitario de Pre y Post grado en Ingeniería