lunes, 4 de julio de 2016

La Ministra de salud y la Teoría de Probabilidad



La ministra del Poder Popular para la Salud señaló en unas declaraciones a la prensa nacional que la escasez de medicamentos en el país es de sólo el 15 % y disparó las alarmas, no solamente en el sector salud, sino también en la sociedad venezolana, del cual soy miembro activo y sufriente.

A propósito de que yo soy docente universitario en el área de Probabilidad y Estadística, no pude resistirme a la idea de analizar mi situación en cuanto a esta información de la ministra y someter su afirmación a un análisis ligero – dada la ligereza con que la planteó – enmarcado en los principios y definiciones de la teoría de las probabilidades y la estadística.

En ese sentido me planteé unas cuantas hipótesis de acuerdo a la metodología a seguir en este tipo de análisis.

Una de esas hipótesis (para simplificar el análisis) la hice de la siguiente manera: Si el porcentaje de escasez es de 15%, entonces existe una probabilidad de 0.15 de que al ir a comprar mi medicamento no lo consiga. O lo que es lo mismo, existe una probabilidad de 0.85 de que sí voy a conseguir el medicamento.

Basado en el hecho de que, según la teoría de probabilidades, si el valor numérico de la probabilidad de ocurrencia de un evento se acerca a 1, la ocurrencia del evento es altamente cierta y, por consiguiente, si ese valor se acerca a 0 (cero), entonces se espera lo contrario, que la ocurrencia del evento es altamente imposible.

Pues bien, a la luz de la teoría planteada en el párrafo anterior, entonces podría anticipar que si voy a la farmacia a comprar mi medicamento, entonces exista una alta probabilidad de conseguirlo.

Pero lo anterior es solo una hipótesis. Faltaría el experimento para comprobar o no dichas hipótesis. Y dicho experimento sería entonces ir a varias farmacias y tratar de comprar el medicamento. Si en la mayoría de ellas consigo mi medicamento, entonces la hipótesis es cierta y la ministra tiene razón, pero si ocurre lo contrario entonces, aquí no le encuentro explicación a lo dicho por la ministra.

En efecto, he realizado, al menos unas 50 veces, (número recomendable en la estadística para marcar tendencia), el experimento de ir a comprar mi medicamento y la cantidad de éxitos (que para nuestro estudio, un éxito es conseguir el medicamento), ha sido mínima. Para ser más específico, de 50 experimentos, sólo en 2 ocasiones he tenido éxito. Lástima que no he registrado tales experimentos, pero la experiencia es imborrable.

Entonces a la luz de los resultados empíricos que he obtenido, parece que la ministra nos está mintiendo.

Sin embargo, para darle el beneficio de la duda, entonces recurro a otro estudio estadístico que de alguna manera pueda justificar lo afirmado por la ministra.

En esta ocasión recurro a la técnica de Estudio de Regresión y Correlación. En el sentido de que cuando dos variables se correlacionan directamente, entonces se espera que si una aumenta lo otra tenderá a aumentar en una proporción que tiene que ver con la fortaleza de su correlación.

Entonces, analicé: Si mi medicamento se encuentra en ese 15% de escasez, entonces debe ser que correlativamente, las farmacias no las traen porque consideran que no es necesario tenerlo en su stock.

Me explico; mi medicamento es para controlar la hipertensión, es decir que la cantidad de antihipertensivos que debe tener en existencia una farmacia debe obedecer a la cantidad de pacientes con hipertensión. Estadística esta última, que un buen regente debe conocer. En el sentido de que si aumenta la cantidad de personas hipertensas, entonces debe aumentar su stock de antihipertensivos, para no caer en escasez. Y por el contrario, si el número de personas hipertensas no es muy alto, entonces el regente debe tomar la decisión de tener un stock mínimo, para no incurrir en costos por inventario.

Aún más; dentro de los antihipertensivos también existen clasificaciones que obedecen a los componentes de la fórmula farmacéutica de tal forma que también es necesario que se conozca la demanda de estos medicamentos dependiendo de los componentes de dicha fórmula.

En vista de lo anterior entonces traté de justificar lo afirmado por la ministra y una vez más, los hechos no la han favorecido. Por lo que, siguiendo con el beneficio de la duda, he llegado a las siguientes conclusiones. Todas ellas por supuesto, susceptibles de comprobación más rigurosa:

1.- Tengo mala suerte y mi medicamento está fuera de lo estadística y probabilísticamente correcto.
2.- La ministro maneja otras teorías de probabilidad y estadística.
3.- Yo vivo en un país diferente al de la ministra.
4.- La ministra está mintiendo.
5.- El Tribunal Supremo de Justicia se dio a la tarea de modificar las leyes de probabilidad y estadística.

Total, por más que trato de explicar y justificar a las declaraciones de la ministra nunca llego a una explicación razonable. O es que he estado equivocado en cuanto al estudio y la enseñanza de la Probabilidad y Estadística y todos los libros que he consultado al respecto están totalmente errados. Pero no me puedo dar el lujo de tanta ligereza, como si se lo ha dado la flamante ministra.

Lo que si puedo afirmar, con conocimiento de causa, es que en los últimos meses he visitado una cantidad significativa de farmacias en busca de mi medicamento y, aun hoy, no lo consigo.




sábado, 30 de abril de 2016

EL DIENTE FLOJO

Cuando estaba en mi segunda infancia, recuerdo que, como todos los niños, comencé a renovar mi dentadura. Eran tiempos de primaria. Yo no era el único. La mayoría de mis compañeritos de estudio y de juego, de un día para otro lucían sonrisas incompletas, no porque usaban media boca, sino porque aparecían los correspondientes espacios vacíos en su dentadura; que no podían ocultar porque eran precisamente los dientes delanteros los que faltaban.

Esos primeros dientes desprendidos obedecían a un proceso más o menos constante en cada uno de nosotros: Primero, comenzaban a doler; luego, se aflojaban y comenzaban a moverse. Y decíamos: “tengo un diente flojo” y más de las veces esos dientes finalmente, después de constantes movimientos, terminaban por caer.

La caída de esos dientes ocurría de varias maneras: Unas, se caían sin más ni más, otras veces; mientras comíamos nuestros helados, de repente nos damos cuenta de que ya no tenemos el diente flojo y si corríamos con la suerte de no habérnoslo tragado, lo conseguíamos incrustado en el helado. Y otras, cuando la caída no era inminente nuestras madres nos amarraban el diente en cuestión con hilo de coser y comenzaba a halarlo hasta que por fin, de un solo tirón se desprendía el diente rebelde y quedaba ahorcado en el hilo.

En ciertas ocasiones, por miedo, le decíamos a nuestra madre que nosotros mismos daríamos el tirón mortal para el diente y durábamos todo el día con el hilo en la boca sin atrevernos a dar ese dichoso tirón.

Mi madre al ver mi indecisión se acercaba a mí sigilosamente por detrás y sorprendiéndome, halaba bruscamente de mi brazo y le daba el fuerza suficiente para finalmente dar al traste con el diente flojo.

Luego de esos miedos e indecisiones, el diente flojo daría espacio para el diente permanente y decisivo que nos acompañaría, si lo cuidamos, toda la vida.

Y a todas estas se preguntarán ustedes ¿Por qué carrizo estoy contando esto?. Bueno; paso a explicarle mis razones de tal disertación: Observando y padeciendo lo que está pasando en el país, pienso que como yo cuando era niño, Venezuela tiene un diente flojo, producto de su mala calidad y que ya no le sirve para masticar la realidad que nos arropa. Ese diente flojo es su Gobierno. Está flojo y a punto de caer de tal suerte que los venezolanos estamos estudiando las formas de hacer que dicho diente flojo deje definitivamente las “encías” del país.




Los diputados de la oposición llegaron a la Asamblea Nacional con una innegable y abrumadora mayoría que el gobierno aún no ha asimilado o se está haciendo el loco para no asimilarlo. Por lo que han planteado los diversos mecanismos que nuestra Constitución ofrece para arrancar de raíz dicho diente y darle paso al diente sano y definitivo.

Todos conocemos cuales son esas estrategias constitucionales: La enmienda, la constituyente y el revocatorio que asemejan el hilo que tiene amarrado el diente para, de un tirón, extraerlo, para seguir con el símil.

En todo caso cual diente flojo, este gobierno debe cesar de una vez por todas sus funciones. Ya que corremos el riesgo de perder definitivamente la salud democrática de nuestro país. Queda de nosotros, los venezolanos, la responsabilidad de halar cualquiera de los hilos para hacer realidad esa caída; la del “Diente flojo”.


miércoles, 9 de marzo de 2016

ÁNGELES DE LA MÚSICA. BARBRA STREISAND.







Hacía tiempo que no escribía en éste, mi blog. La situación de mi país nos ha arropado de tal manera que a veces olvidamos cómo pasarla bien. Y que a pesar de todo existe en el mundo gente que tiene el poder de extraer de nuestra alma lo mas sublime. Gente que con su arte y con su extraordinario talento pareciera que están en la tierra para amortiguar todo lo que nos atormenta y hacernos volver hacia lo mas bello de la vida.

En las tradiciones mágico religiosas aparecen seres con poderes sobrenaturales, algunas para hacer el bien y otras para el mal. En todo caso tenemos el libre albedrío de escoger a cuáles de estos seres darles poder sobre nuestra existencia. Unos escogen los buenos y otros, desafortunadamente escogen los malos.

Yo, escojo los buenos. Aunque a veces, y en momentos de debilidad existencial, algunos seres malos nos envuelven sin que nos demos cuenta.

Para mi, esos seres buenos son los Ángeles. Seres, que como los querubines, tienen la sublime tarea de "Contemplar el rostro de Dios". Otros vienen a la Tierra a cuidarnos, como el de la Guarda, durante nuestra existencia.

Pienso que muchos de estos ángeles, quien sabe, podrían estar encarnados en seres humanos que, como dije lineas arriba, están aquí presentes para elevar nuestra existencia. De entre esos ángeles están los artistas, a los que me he dado a la tarea de llamar "Ángeles de la Música", y que poseen esas sublimes características de seres con poderes sobrenaturales buenos.

Barbra Streisand es, para mí, uno de esos ángeles de la música. Cumple con todas esas cualidades que la definen como tal. A pesar del tiempo, ya en su 8va década de existencia aún tiene el poder de extraer de muchos seres humanos lo mejor de ellos.


Para demostrarlo, permítanme mostrárselos con el siguiente video, donde podemos apreciar a Barbra en todo su esplendor durante un concierto donde nos brinda lo mejor de su arte.

Barbra es, definitivamente, un Ángel de la Música.