La ministra del Poder Popular para la Salud señaló en unas declaraciones a la prensa nacional que la escasez de medicamentos en el país es de sólo el 15 % y disparó las alarmas, no solamente en el sector salud, sino también en la sociedad venezolana, del cual soy miembro activo y sufriente.
A propósito de que yo soy docente
universitario en el área de Probabilidad y Estadística, no pude resistirme a la
idea de analizar mi situación en cuanto a esta información de la ministra y
someter su afirmación a un análisis ligero – dada la ligereza con que la
planteó – enmarcado en los principios y definiciones de la teoría de las
probabilidades y la estadística.
En ese sentido me planteé unas
cuantas hipótesis de acuerdo a la metodología a seguir en este tipo de
análisis.
Una de esas hipótesis (para
simplificar el análisis) la hice de la siguiente manera: Si el porcentaje de
escasez es de 15%, entonces existe una probabilidad de 0.15 de que al ir a
comprar mi medicamento no lo consiga. O lo que es lo mismo, existe una
probabilidad de 0.85 de que sí voy a conseguir el medicamento.
Basado en el hecho de que, según
la teoría de probabilidades, si el valor numérico de la probabilidad de
ocurrencia de un evento se acerca a 1, la ocurrencia del evento es altamente
cierta y, por consiguiente, si ese valor se acerca a 0 (cero), entonces se
espera lo contrario, que la ocurrencia del evento es altamente imposible.
Pues bien, a la luz de la teoría
planteada en el párrafo anterior, entonces podría anticipar que si voy a la
farmacia a comprar mi medicamento, entonces exista una alta probabilidad de
conseguirlo.
Pero lo anterior es solo una hipótesis.
Faltaría el experimento para comprobar o no dichas hipótesis. Y dicho
experimento sería entonces ir a varias farmacias y tratar de comprar el
medicamento. Si en la mayoría de ellas consigo mi medicamento, entonces la
hipótesis es cierta y la ministra tiene razón, pero si ocurre lo contrario
entonces, aquí no le encuentro explicación a lo dicho por la ministra.
En efecto, he realizado, al menos
unas 50 veces, (número recomendable en la estadística para marcar tendencia),
el experimento de ir a comprar mi medicamento y la cantidad de éxitos (que para
nuestro estudio, un éxito es conseguir el medicamento), ha sido mínima. Para
ser más específico, de 50 experimentos, sólo en 2 ocasiones he tenido éxito.
Lástima que no he registrado tales experimentos, pero la experiencia es
imborrable.
Entonces a la luz de los resultados
empíricos que he obtenido, parece que la ministra nos está mintiendo.
Sin embargo, para darle el
beneficio de la duda, entonces recurro a otro estudio estadístico que de alguna
manera pueda justificar lo afirmado por la ministra.
En esta ocasión recurro a la
técnica de Estudio de Regresión y Correlación. En el sentido de que cuando dos
variables se correlacionan directamente, entonces se espera que si una aumenta
lo otra tenderá a aumentar en una proporción que tiene que ver con la fortaleza
de su correlación.
Entonces, analicé: Si mi medicamento
se encuentra en ese 15% de escasez, entonces debe ser que correlativamente, las
farmacias no las traen porque consideran que no es necesario tenerlo en su
stock.
Me explico; mi medicamento es
para controlar la hipertensión, es decir que la cantidad de antihipertensivos
que debe tener en existencia una farmacia debe obedecer a la cantidad de
pacientes con hipertensión. Estadística esta última, que un buen regente debe
conocer. En el sentido de que si aumenta la cantidad de personas hipertensas,
entonces debe aumentar su stock de antihipertensivos, para no caer en escasez.
Y por el contrario, si el número de personas hipertensas no es muy alto,
entonces el regente debe tomar la decisión de tener un stock mínimo, para no
incurrir en costos por inventario.
Aún más; dentro de los
antihipertensivos también existen clasificaciones que obedecen a los
componentes de la fórmula farmacéutica de tal forma que también es necesario
que se conozca la demanda de estos medicamentos dependiendo de los componentes
de dicha fórmula.
En vista de lo anterior entonces
traté de justificar lo afirmado por la ministra y una vez más, los hechos no la
han favorecido. Por lo que, siguiendo con el beneficio de la duda, he llegado a
las siguientes conclusiones. Todas ellas por supuesto, susceptibles de
comprobación más rigurosa:
1.- Tengo mala suerte y mi
medicamento está fuera de lo estadística y probabilísticamente correcto.
2.- La ministro maneja otras
teorías de probabilidad y estadística.
3.- Yo vivo en un país diferente
al de la ministra.
4.- La ministra está mintiendo.
5.- El Tribunal Supremo de
Justicia se dio a la tarea de modificar las leyes de probabilidad y
estadística.
Total, por más que trato de
explicar y justificar a las declaraciones de la ministra nunca llego a una
explicación razonable. O es que he estado equivocado en cuanto al estudio y la
enseñanza de la Probabilidad y Estadística y todos los libros que he consultado
al respecto están totalmente errados. Pero no me puedo dar el lujo de tanta
ligereza, como si se lo ha dado la flamante ministra.
Lo que si puedo afirmar, con
conocimiento de causa, es que en los últimos meses he visitado una cantidad
significativa de farmacias en busca de mi medicamento y, aun hoy, no lo
consigo.